
La Cabra Payoya, raza caprina andaluza amenazada, se une al manifiesto de las Asociaciones de las razas caprinas Blanca Andaluza o Serrana, Negra Serrana y Blanca Celtibérica publican para salvaguardar el patrimonio que hay detrás de cada una de estas razas autóctonas andaluzas que se encuentran en peligro de extinción.
“Una de las grandes riquezas que cobija el territorio es el patrimonio. Patrimonio arquitectónico, cultural, pero también ambiental, genético y social. Nuestras razas autóctonas son parte de nuestra identidad, hacen posible y constituyen nuestro patrimonio. Los servicios que realizan a la sociedad, muchos de ellos, desconocidos, son múltiples e importantes. En la comunidad autónoma de Andalucía contamos con 23 razas autóctonas catalogadas por la administración como amenazadas. Esta clasificación se basa en diferentes criterios como rusticidad, adaptabilidad, bajos censos, poca competencia comercial en el modelo hegemónico de productividad y consumo… Desde nuestras Asociaciones queremos recalcar que son razas que merecen nuestra atención, ya que son patrimonio: reservorio de hábitats, biodiversidad, oficios y costumbres, pilares básicos de nuestros medios rurales y de la soberanía alimentaria.
Nuestras razas caprinas andaluzas, se consideran y se clasifican en aptitud cárnica. Para nosotros y nuestros ganaderos y ganaderas, es muy importante hablar de razas ambientales, ya que realizan servicios ecosistémicos de gran importancia y que es vital: capturan carbono en el suelo, previenen incendios forestales, favorecen y conservan la biodiversidad, fijan población en nuestros medios rurales, generan alimentos únicos y de gran calidad y contribuyen a la creación, protección y mantenimiento de paisajes que hoy son conocidos como espacios naturales protegidos de nuestra tierra.Nuestras razas caprinas ambientales son las grandes olvidadas. Vemos, como cada año, perdemos pastores: ganaderos profesionales llenos de saberes y oficios que desaparecen por el envejecimiento y la falta de relevo generacional, los precios de mercado que cada vez asfixian más a los pequeños productores y ganaderos en extensivo a pesar de no tener gran presión de insumos externos, los costes de pastos y montes y el acceso a estos para alimentar al ganado, que cada vez se hacen mayores. Somos conscientes de la existencia de ayudas a la actividad agroganadera, pero incluso con ellas, están muy por debajo de lo que cuesta criar y mantener a nuestras razas autóctonas amenazadas”
Así comienza el manifiesto SOS que lanzan las Asociaciones de las razas caprinas Blanca Andaluza o Serrana, Negra Serrana y Blanca Celtibérica para salvaguardar sus razas. Desde nuestra Asociación, queremos unirnos a este manifiesto, ya que nuestra raza, la Cabra Payoya, también es una raza autóctona andaluza del caprino ambiental que se encuentra amenazada y necesita, también, entre otras acciones, que se reconozca la importancia y el papel que juegan las razas con la labor medioambiental y social que realizan.
La cabra Payoya es una raza autóctona andaluza, catalogada en peligro de extinción, que ha sido tradicionalmente explotada en la zona del actual Parque Natural de la Sierra de Grazalema y Sierra de Ronda, zonas de gran valor natural, constituyendo el sustento de muchas familias de las comarcas.
El nombre de Payoya tiene su origen en el municipio de Villaluenga del Rosario, de la provincia de Cádiz, uno de los lugares cuna de la raza, donde a los nativos se les denomina «Payoyos» y, por extensión, se aplicó este nombre a esta raza caprina. No obstante, la raza también es conocida como «Montejaqueña», por el municipio malagueño de Montejaque ubicado en la comarca natural donde se desarrolla la raza.
La cabra Payoya sigue manteniendo las aptitudes necesarias para convivir y producir en un medio duro y cambiante, siendo fuente de productos con los que comparte una magnífica y única personalidad.
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